viernes, 27 de abril de 2007

Black Hole Sun

Hace tiempo vino el sol negro. Ese sol nos trajo las noches. Cuando la Muerte vea el final del universo, soñará con nacimientos y luz. Ayer, un budista tomado nos dijo que lo que más le aterraba era pensar en que quizás no había trascendencia. Aterrador. Reencarnamos en vidas horribles para ser comidos y pisoteados igual que aquellos a los que tragamos y pisamos. Una vida dura la que le tocó a este pueblode humanos que vive bajo el sol negro.

Bolivia es extraña, un país cercano al sol. Lleno de borrachos violentos y mujeres cansadas de luchar contra esa borrachera. Un país para olvidarse de que uno existe y para perder todo sueño. Un país de comunistas empresarios privados, narcotraficantes que gobiernan, clases medias que penden de un hilo. Gente sin comida que tiene casas y terrenos y gente que come como rey y tiene todo hipotecado.

Hace tiempo, en Japo también, vino el sol negro. Hay un museo en Japo que tiene al Adán Potosino casi embalsamado. Los más ancianos de ese pueblo - donde es imposible correr y menos respirar - dicen que poco a poco ya estamos olvidando a esos antepasados. Sus ruinas preincaicas son tan viejas que los ancianos cuentan que esos predecesores vivieron antes de que el sol brillase. Ellos vieron al sol nacer. Quizás fue una época de soles negros también.

Ahora estoy en medio de un surazo, en Chimoré. Mi cabeza está llena de dudas y temores, ahí también existe un eclipse imborrable. Tengo un sólo amor en la vida y un miedo a morir que crece terriblemente. Alguien, debería, como por piedad, con magia, sacar, este, sol, malditamente, negro... de nuestras vidas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo una estraña luz que me permite respirar...de vez en cuando.