jueves, 11 de octubre de 2007

The question

¿Por qué?

Por qué el electrón parece saber si le ponen una puerta delante, por qué aparece detrás. Por qué el libro de los muertos tibetano, el egipcio, la idea aymara, el brahmánico se parecerán, si vienen de puntos y parajes y culturas y lenguajes tan distintos. Por qué cuando las cosas del mundo se hacen globales, se acaban las civilizaciones. Por qué Lemuria, Babel, por qué Roma, por qué la muralla. Por qué las torres y las maravillas. Por qué el Sol el padre, por qué la luna traidora, por qué Helio y por qué Selenio.

Por qué el principio de incertidumbre, por qué la partícula que es onda, por qué la onda que actúa como partícula. Por qué el spin del electrón es ½ y solo da una vuelta entera con 720 grados. Por qué químicamente el amor es parecido al cacao procesado, el aroma a la pasión, la carne sangrienta el sexo, por qué nos tocamos, por qué los centauros, los querubines, las fatas, las quimeras, los gnomos, los dragones chinos, las sombras, los doppelgangers.

Por qué psicosis, sociopatías, por qué neurosis natural y endémica del ser humano. Por qué ese amarillo que percibo, rebotando sus fotones hacia mi retina, no es el mismo amarillo que tu miras. Por qué el negro de tus ojos ve el mundo tan diferente. Por qué el amor parece letra, papel y estupidez, hasta que tienes una hija, y allí se hace verdad.

Por qué los perros en blanco y negro y dos dimensiones. Por qué los murciélagos no. Por qué los hombres tridimensionales, por qué los gatos el calor. Por qué los martines pescadores el frío, por qué el microsopio, el estroboscopio, el telescopio. Por qué ninguno - y todos - dicen la verdad.

Por qué la ira. Por qué agarrarse los cabellos. Por qué según el taoísmo por cada pérdida del órgano Kunduartiguador, el Kundalini se retuerce, pierde su energía, con cada alarido de placer, un alejamiento astral. Por qué cada hueso, por qué de niño me horroriza la carne colgando del matadero y de grande le hundo el tenedor sin miedo, ni asco.

Por qué la tibia, mediocre, hijadeputa, dureza paulatina del corazón. Por qué la pérdida negra y abismal del alma. Por qué el alma, por qué ying yang.

Por qué el estancamiento continuo en el Por qué.

Por qué si estas ahí, cuesta tanto Hacer-Te responder. Por qué si estás respondiendo no te oímos, por qué debo ser limpio, digno y grande para oirte. Por qué el tren, por qué la muerte, por qué los padres, por qué las tetas.

Por qué me canso, por qué la electricidad se muere con la caricia del aire. Por qué materia y por qué hay cosas que no entendemos.

Por qué la vida.

Heisenberg, solía preguntarse después de discutir con Bohr: “¿Puede la naturaleza ser tan absurda como nos parece en estos experimentos atómicos?”.

Observé en una serie de televisión antigua a un computador que podía responder todas, pero todas. Y le preguntaron ésa, y explotó. Confío ahora, como un ciego atormentado, encadenado a su última, patética esperanza, en que el universo se acabará cuando se acaben mis dudas, tus dudas, todas ellas. En que el tiempo sin tiempo, el lugar sin lugar, son mi lugar y mi tiempo y allí tengo todas mis respuestas.